La planificación de las
organizaciones, y en ella la de los programas educativos, requieren de
un profundo conocimiento de la realidad que se desea modificar, tanto de sus
elementos internos como de sus vínculos externos, para generar confianza y
compromiso que una a los diversos grupos de trabajo, de modo que todos sepan a
dónde se quiere ir y cómo se va a lograr, fomentando el autoanálisis permanente
para anticiparse y adaptarse a los cambios que se requieran.
Para reducir la incertidumbre, es
necesario realizar un diagnóstico previo que permita tomar decisiones y
proceder a la acción, utilizando una serie de métodos y procedimientos para
organizar y racionalizar la acción con el aprovechamiento máximo de los
recursos disponibles o asignados. Implica, además, la selección de alternativas
y se traduce en el desarrollo de políticas y programas que garanticen el logro
de los objetivos propuestos. Cabe destacar que la planificación se
caracteriza por ser un proceso continuo que implica reajustes permanentes,
preparatorio para la toma decisiones, con una intencionalidad eminentemente
práctica, que concierne al futuro, dirigido al logro de objetivos concretos,
relacionando los medios y los recursos disponibles. Pero para que sea eficaz,
instrumentaliza e implementa adecuadamente una política; implica un cambio
efectivo y positivo con respecto a la situación anterior; sus instrumentos
expresan en la práctica la capacidad e idoneidad para transformar la realidad;
propone objetivos que son alcanzables; y la elección de los medios asegura el
logro de los objetivos con la mayor eficacia, dinamismo y al menor costo
financiero, humano y social posible.
Ahora bien, la planificación clásica,
denominada Normativa, se basa en el establecimiento de una serie de
procedimientos formales y rigurosos establecidos por el planificador que está
fuera de la realidad y tiene el monopolio del plan, partiendo de un diagnóstico
a través de un modelo analítico, y suele expresarse en un “plan libro”, dando
importancia a los expertos y a lo tecnocrático. Pero, por otro lado, tenemos la
nueva propuesta como teoría y práctica de la planificación, llamada
Planificación Estratégica, que a diferencia de la clásica o Normativa, se
realiza con la intervención de los diferentes actores sociales, mediante un
consenso surgido de la realidad y tomando en cuenta el modelo político inmerso.
Aquí el planificador no trabaja con un esquema rígido, no controla por sí solo
la realidad planificada y además se encuentra dentro de dicha realidad.
Referencia
Alves, E. (s/f). Planificación y Organización de
Sistemas Educativos. Lección 5. Planificación de Sistemas.
Dirección de Investigaciones y Postgrado. Universidad Nacional Abierta. Disponible
en
http://especializacion.una.edu.ve/gerenciasebt/paginas/Lecturas/Unidad3/leccion5g.pdf
[Consulta: 2016, julio 20]