La gerencia educativa, es una herramienta indispensable para el buen
funcionamiento de una institución, puesto que es el proceso de organización y
el empleo de los recursos necesarios para lograr los objetivos institucionales;
lo cual se logra con una organización y distribución equitativa de las tareas,
en donde el gerente debe dirigir a su equipo con respeto y tomando en cuenta
sus opiniones con el fin de lograr los objetivos planteados.
Para ello el gerente, debe estimular y motivar continuamente a cada uno
de los profesionales a su cargo, premiando la labor desarrollada y corrigiendo
de ser necesario las fallas que puedan tener sus empleados hablando con cada
uno en privado, permitir la libre expresión sabiendo escuchar y permitiendo que
todos los profesionales participen en la toma de decisiones, siendo así un
gerente líder. El gerente educativo, debe a su vez manejar las funciones
gerenciales como son: la planificación, la organización (para poder llevar a la
práctica y ejecutar las planificaciones previamente elaboradas), la dirección y
el control de sus tareas y del desempeño de cada uno de los profesionales que
allí laboran.
De la eficacia dentro de las instituciones educativas, va a depender la
capacidad del gerente de administrar los recursos, lograr las metas planteadas,
planificar, tomar decisiones, supervisar y coordinar el personal a su cargo,
ejecutar el liderazgo y además gerenciar creando un clima de respeto y armonía,
en dónde se esté abierto a los cambios para poder realizar los que sean
necesarios para el buen funcionamiento de la institución, logrando así calidad
educativa y excelencia que responda a las necesidades de la sociedad para la
formación de seres humanos capacitados para vivir en esta sociedad cambiante en
donde sepan desenvolverse solos y sean los gerentes de sus propias vidas.